Museo Etnológico

en la Hiruela
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Para entender mejor el modo de vida tradicional en la Sierra del Rincón no hay nada mejor que visitar el Museo Etnológico de La Hiruela, sito en el antiguo frontón (cubierto) de la localidad. Su creación se remonta a 2004 con el propósito de recoger los ancestrales modos de vida de los habitantes de esta villa, exponer aperos de labranza, útiles ganaderos y domésticos, vestuario tradicional y proteger, en suma, el acervo popular y sus costumbres. Más de mil objetos, mayoritariamente donados, se conservan en este recinto de cuyas paredes penden fotografías históricas de vecinos mostrando costumbres, empleos y vida familiar. Muchos de los individuos aquí retratados murieron no hace tanto y, alguno, sigue vivo con más de cien años a sus espaldas.

Y, es que si dispusiéramos de una máquina del tiempo y visitáramos La Hiruela, pongamos… en los años cincuenta (el ejemplo valdría para cualquier otra población de la Sierra del Rincón) veríamos como comparten techo los padres de familia y de cinco a siete hijos. Las familias eran tan fértiles porque debían hacer frente a trabajos temporales como, por ejemplo, el trillado y la cosecha de cereal, el pastoreo o el trabajo en alguno de los oficios. De ello da cuenta esta muestra gráfica.

Hogar o cocina de una casa del s.XVII La Hiruela
© Equipo de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón
Dormitorio Museo Etnologico la Hiruela
© Equipo de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón

Aquí la agricultura siempre fue de subsistencia, el único cereal que aguantaba la dureza del clima y, también, del suelo era el centeno. Se sembraba a mediados de septiembre, durante la canícula se segaba y se transportaba a las eras donde, después de separar el grano de la paja, ésta última era empleada como alimento para el ganado y el grano como pienso para engordarlo.

Y así fue siempre hasta mediados de los 60 cuando la zona empezó a despoblarse y emigró a la gran ciudad. Entonces las familias se fragmentaron. Sin embargo, hace más de 30 años que las casas, heredadas en muchos casos por hijos o descendientes de esas familias tradicionales, fueron restauradas con exquisito gusto, ya sea como residencia, o para convertirse recientemente en alojamientos rurales.

Aperos de trabajo
© Equipo de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón

En el museo podremos aprender algunos modos y costumbres de la comarca en el espacio que recrea una casa del municipio del siglo XVII. La cocina, llamada hogar, por ejemplo, era el centro de reunión al calor de la lumbre y rodeados de los típicos pucheros, del caldero y las trébedes (el trípode usado tradicionalmente en las cocinas para elevar las ollas) así como de los chorizos y los lomos de la matanza.

La dieta de La Hiruela, además de los mencionados frutales, el cerdo y el pan, quedaba completada por las patatas. Gracias a este tubérculo, dicen los ancianos del lugar, el hambre pasó de largo por estas latitudes: “las patatas del prao mataron el hambre en La Hiruela”.

Hay que concertar la visita en el ayuntamiento. El horario es sábados de 10:00h a 12h y de 16h a 18h (en horario de verano de 17h a 19h). Domingos y festivos de 10h a 12h. El precio de la entrada e 2 €.