NUESTRAS GENTES

NUESTRAS TRADICIONES, Patrimonio etnográfico
Inicio  / NUESTRAS GENTES

Los pueblos de la Sierra del Rincón aguardan al visitante con garantía de autenticidad, con dinamismo y gente joven.

Al igual que en el resto de la geografía española, los municipios de la Sierra del Rincón sufrieron en la década de los 60 del siglo pasado un fuerte despoblamiento. Sin embargo, la tendencia de los últimos años refleja una ligera recuperación poblacional que ha llevado a que en 2019 el número de personas empadronadas ascienda a 678 habitantes. De ellos, 353 corresponden a Montejo de la Sierra mientras Horcajuelo de la Sierra, Puebla de la Sierra y La Hiruela no alcanzan los 100.

Es verdad que, como sucede en otros lugares de España, muchos jóvenes abandonan la vida rural por otra en la gran ciudad, pero no es menos cierto, que la Sierra del Rincón sigue teniendo juventud y gente formada, además, desde su declaración como Reserva de la Biosfera personas de la capital se asientan en la zona.

No queremos dejar de lado los saberes y experiencias de las personas más mayores de esta Sierra, atesoran grandes historias que les hacen protagonistas, en nuestra mano está acercarnos a ellos y que nos desvelen sus secretos.

Hace no muchas décadas la vida en las comunidades rurales era muy diferente a como la conocemos en la actualidad. Los oficios también eran distintos. Estaban destinados a cubrir las necesidades básicas de la comunidad, especialmente en aquellos lugares que, como la Sierra del Rincón, se encontraban alejados de las principales vías de comunicación.

Los “secretos” de los oficios eran transferidos oralmente de padres a hijos. Estos últimos se iniciaban como aprendices para posteriormente convertirse en oficiales y maestros. A lo largo de los siglos, tejeros, molineros, herreros, apicultores o carboneros han dejado en la Sierra del Rincón una huella que todavía hoy puede apreciarse.

Carbonera ©Equipo de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón
Potro de Herrar en Prádena del Rincón

Las actividades tradicionales ganaderas y agrícolas o de aprovechamiento forestal de los montes, han estado condicionadas por las rigurosas condiciones climáticas y la dureza del terreno, con elevadas pendientes y suelos poco profundos.

Actualmente, los principales sectores productivos se centran en el sector servicios y en la construcción, ligada ésta a la mejora de las infraestructuras y a la recuperación de casas. La adecuada planificación urbanística ha permitido conservar la arquitectura tradicional de estos pueblos. Además, el elevado porcentaje de suelo no urbanizable, próximo al 90 %, ha asegurado un desarrollo controlado y en armonía con el medio.

La escasa densidad de población y las carencias de determinados servicios son aspectos críticos que pueden condicionar el desarrollo socioeconómico de la zona. Sectorialmente, la marcada estacionalidad en la actividad turística, centrada especialmente en el otoño, o la dificultad de acceso a tierras de cultivo hortícola son obstáculos a superar.

La gestión forestal de los montes, la recuperación de variedades hortofrutícolas de la zona, el desarrollo de un modelo de ganadería ecológica y la profesionalización de los empresarios del sector turístico son oportunidades de desarrollo equilibrado y sostenible.

La Hiruela

En los últimos años, la Asociación Cultural Amigos de La Hiruela ha realizado una importante labor de recuperación de costumbres.

El primer fin de semana de agosto se celebran las fiestas patronales en honor a la Virgen del Rosario. Un antiguo refrán serrano nos recuerda que los festejos recibían el nombre de La Función: “Tres días hay en el año que relucen más que el sol: nochebuena, la matanza y el día de La Función”. Solían ser tres días de jolgorio en los que se veneraba a la Virgen.

La fiesta de la recolección del Pero, una manzana de textura consistente y sabor dulce, tiene lugar en la segunda quincena de octubre, coincidiendo con la cosecha del fruto, se celebra con el fin de conservar la identidad local y la biodiversidad.

Fiesta del Pero ©Ignacio Úbeda Liébana

Horcajuelo de la Sierra

La Ascensión: En primavera. Vecinos y familiares engalanan las calles, donde se colocan altares.

San Antonio: El 13 de Junio (El Sábado más próximo).

Fiestas Patronales San Nicolás de Bari: Último fin de semana de Agosto. Con procesión, juegos infantiles, concurso de disfraces y una sardinada y caldereta para los asistentes.

Montejo de la Sierra

El último sábado del mes de mayo tiene lugar la Romería de Nuestra Señora de Nazaret y el primer fin de semana de septiembre se celebran las fiestas patronales en su honor.

La fiesta de Judas tiene lugar en Cuaresma. Es cuando se queman muñecos de paja en una hoguera.

El Lunes de Pascua se celebra el Hornazo, una festividad en la que era costumbre que las madrinas preparasen el hornazo a sus ahijados, este consistía en una tortilla de patata, dos huevos duros, chorizo y lomo de la olla y una naranja.

Prádena del Rincón

Las Fiestas Patronales de Prádena son siempre el fin de semana más próximo a la Virgen del Carmen, 16 de julio. Se celebra con misa y procesiones en honor a la patrona, encuentro de música tradicional, juegos infantiles, concurso de disfraces y baile hasta altas horas en la plaza.

El martes de Carnaval, se saca la «vaquilla» se la engalana con pañuelos y escarapelas, y se corre con niños y mayores, luego se celebra una merienda.

El Sábado de Semana Santa, «Se corre» el Hornazo, la gente se va a merendar al campo con amigos y familia. Se pone en común la merienda. (El Hornazo en realidad es un pan tradicional relleno de chorizo, jamón, lomo y beicon).

Festividad de los Reyes, cabalgata de reyes con entrega de regalos a los mas pequeños de la mano de sus majestades los reyes magos y chocolate y roscón para todoel pueblo.

Puebla de la Sierra

Fiestas Patronales la Virgen de los Dolores, el fin de semana más cercano al 15 de septiembre, se saca a la patrona en procesión, se subastan las varas se acompaña la fiesta con bailes, juegos y otras actividades, se culmina con la celebración con una popular caldereta.

Fiestas de Carnaval, la tradicional Vaquilla y la Botarga, persona ataviada con una piel de cabra que, al ruido de cencerros, simula atemorizar a los asistentes.

En San Isidro, el 15 de mayo, y en San Marcos, se conmemora el día de la Caridad y se reparten los típicos «Tacicos».

La Rinconada

Es una fiesta institucional celebrada en conmemoración al Aniversario de la Declaración de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón por la UNESCO (29 de junio de 2005). Consiste en el hermanamiento de los 5 municipios que integran la Reserva con un recorrido medioambiental para poner en valor el entorno paisajístico y cultural de esta Sierra. Se aprovecha la ocasión para dar un reconocimiento a personas, instituciones o asociaciones relacionadas con la conservación del mundo rural en la Reserva.

Los recorridos realizados cada año quedan señalizados sobre el terreno y son sendas autoguiadas que puedan realizarse de forma particular.

Se celebra una vez al año cercana a la fecha de su declaración (un sábado a finales del mes de junio).

El aislamiento en el que ha vivido la Sierra del Rincón ha contribuido al mantenimiento de unas arraigadas tradiciones, legado de una cultura inmaterial cuidada durante generaciones.

Los bailes y cantos de la jota serrana, que aún podemos disfrutar gracias a Asociaciones Culturales como el Salmoral de Prádena del Rincón, Repiques Serranos o La Rondalla de Puebla de la Sierra, surgían espontáneamente en las celebraciones de festividades. En el “hornazo”, los “mayos” o en las fiestas patronales, gran parte de los vecinos y vecinas participan cantando, bailando o tocando guitarras, bandurrias, laúdes, almirez, yerros, panderetas o botellas.

©Equipo de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón

La cocina que podemos disfrutar en la Sierra del Rincón es un ejemplo de la excelente gastronomía tradicional de la Sierra Norte. Las recetas de sopas, guisos, carnes o dulces, donde están presentes variedades locales de legumbres, frutas y hortalizas y carnes de gran calidad, son las protagonistas de platos que han pasado de generación a generación.

Los judiones de Montejo, los peros de la Hiruela, las patatas secas, las migas de pastor y las excelentes carnes de una ganadería serrana, alimentada en los prados y dehesas de la Sierra del Rincón, son sólo algunos ejemplos de alimentos de este territorio que alcanzan gran popularidad por su calidad y sabores únicos. Actualmente la oferta de bares y restaurantes de la Sierra del Rincón ofrece tanto platos tradicionales como novedosas recetas reinventadas a partir de las originales.